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Fortalezas Mentales (Pastor Juan Gama)

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2 Corintios 10:4 “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas”.

Efesios 4:22-24 “22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”.

A través de la Palabra, Dios nos entrega grandes promesas que traen a nosotros sanidades, milagros y prodigios y a pesar de eso pareciese que hay algo en nosotros que no nos permite vivir de forma personal el cumplimiento de estas promesas, ese algo está dentro de nosotros y de una u otra forma logra hacernos dudar de la palabra de Dios o peor aún resultamos en un ciclo de angustias del cual no podemos salir….

Pues ese “algo” tiene nombre propio y somos nosotros mismos, tú y yo, nosotros somos los que no permitimos vivir de forma personal el cumplimiento de las promesas en nuestras vidas, por algo Jesús nos dice a todos aquellos que queremos seguirlo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”, Lucas 9:23.

Entonces en ocasiones la mayor batalla que tenemos no es contra los demonios, espíritus inmundos, huestes de maldad o contra el mismo satanás, muchas veces tu pelea más grande no es contra todos estos, porque todos ellos ya fueron expuestos públicamente en la cruz, fueron derrotados por Nuestro Señor y Salvador Jesus el Cristo, el hijo del Dios viviente que esta sentado a la diestra del Padre, a los demonios y espíritus inmundos hay que identificarlos, recordarles que ya fueron derrotados que no tienen autoridad, debemos colgarlos, exhibirlos y arrojarlos a los pies de Cristo.

Por tal razón la mayor batalla que nosotros libramos es contra nosotros mismos y ese campo de batalla lo libramos en un pequeño “rin de boxeo” que se ubica en nuestra propia mente, donde se enfrenta en ocasiones 3 contrincantes:

  1. La voluntad del maligno que viene a “Robar, Matar y Destruir”.
  2. Nuestra voluntad que detiene los milagros de Dios a través de la duda y la falta de fe.
  3. Y la voluntad de Dios que siempre será “Buena, Agradable y Perfecta”.

Si dejamos a un lado la voluntad de satanás, la cual ha sigo derrotada, entonces quedan solo 2 contrincantes: Tu voluntad y la voluntad de Dios.

El problema es que nuestra mente ha sido víctima de diferentes acontecimientos desde incluso antes de nacer, y esos acontecimientos buenos y malos han venido viciando nuestro comportamiento desde ese día hasta hoy, tal y como está escrito en Efesios 4:22-24 “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”. Cuando llegas a Cristo empiezas un trabajo arduo de cambiar esa pasada manera de vivir, pero en ese trabajo, tu enemigo eres tú mismo, tu mente que estará recordándote y deseando las cosas a las que te acostumbraste desde el día que naciste hasta el día de hoy; Esto se denomina “Fortalezas mentales”, las cuales son mentiras de Satanás escondidas en razonamiento humano condicionando al hombre a actuar; una fortaleza mental va a condicionar tu actuar diario y no permite que nada entre a tu vida, no entra el consejo, no entra la palabra, no entra la advertencia y nos convierte en necios.

Un necio es una persona que tiene una fortaleza de su conocimiento contra la sabiduría, la fortaleza del necio es su necedad, Proverbios 16:22 (LBLA) “El entendimiento es fuente de vida para el que lo posee, mas la instrucción de los necios es necedad”.

Las enfermedades mentales tales como el miedo, el temor, la angustia, la depresión, la aflicción, el pánico, la turbación las cuales se convierten en cárceles del alma; el estrés, la depresión, la ansiedad, trastornos bipolares, la esquizofrenia, bulimia y anorexia y la ciberdependencia son lazos y ataduras demoniacas que afectan nuestras vidas.

Estas fortalezas mentales generan enfermedades mentales que hoy por hoy se han vuelto comunes debido a que estilo de vida que han adquirido los seres humanos y son producidas por el abandono, el rechazo, el maltrato, la deshora.

Las causas principales de estas enfermedades nacen desde el momento mismo de la concepción ya que un bebé en gestación no puede controlar las vivencias y experiencias de su mamá y su entorno, tampoco lo puede hacer después de su nacimiento y en los primeros años de su vida, estas etapas en el ser humano son determinantes para la formación de las estructuras mentales de su alma, por ejemplo mamá que tuvieron un embarazo traumático con llanto permanente, aflicción, amargura debido a vivencias violentas, maltrato de parte de su cónyuge, palabras de maldición, deshonra; todo esto se transmite a los hijos afectando su salud mental. Por ejemplo escenarios familiares donde nacieron hijos y sus primeras experiencias en este mundo fue un cuadro familiar de peleas, contiendas, maledicencia, llanto, miseria, maltratos y abusos físicos, sexuales, marcará su vida con la derrota, la ruina, la tristeza, la depresión, el rechazo, la ansiedad, llevando a esa persona a estados mentales deplorables que con el tiempo van marcando su carácter y su manera de vivir, llevándolos a cárceles espirituales.

El salmista vivió momentos similares, en el libro de los Salmos 142:6-7 "Escucha mi clamor, porque estoy muy afligido. Líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo. Saca mi alma de la cárcel, para que alabe tu nombre”. No permita que el diablo llene su mente de basura, Satanás no puede acceder a la mente de una persona, a menos que se le de la autoridad. Voy a mencionar tres enfermedades mentales:

  1. Adicciones: El problema de las adicciones radica en la excusa de no controlar tus pensamientos, el tema es como llegas a las adicciones ya que la adicción fue la salida a alguna situación o circunstancia donde tu mente te llevó por un camino equivocado.
  2. Ansiedad: Filipenses 4:6 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. Muchas veces tomamos decisiones apresuradas que al final causan retrasos en tu propósito y en las bendiciones que Dios tiene para ti, sin embargo, este mundo quiere llevarnos a una velocidad absurda y nos enseña que si pides y no recibes de inmediato entonces no sirve, hoy en día estamos a un clic de todo y pretendemos que si le pides algo a Dios la respuesta debe ser inmediata.
  3. Depresión: Tienes 2 opciones o te quedas llorando y navegando en tus emociones o te levantas y caminas con tus ojos puestos en Jesús el autor y consumador de la fe, veamos el caso de Elias en 1 Reyes 19:4 “Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres”. Elías le dijo a Dios que le quitara la vida, más no se la quito el mismo. El problema no es sentir depresión, el problema es consentir la depresión.

Las fortalezas mentales no se destruyen de manera natural, las fortalezas mentales se derriban llevándolas cautivas al pensamiento de Cristo.

Ministración: Salmos 50:15 “E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás”.

  • Hoy vas a renunciar a toda enfermedad física desligándote de todo diagnóstico ancestral o por causa del pecado que has introducido a tu vida, a tu familia y descendencia, rompe todo vinculo con Pharmakos, la hechicería que proviene de la alkimia, rompe todo vinculo co...
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Efesios 4:22-24 “22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”.

A través de la Palabra, Dios nos entrega grandes promesas que traen a nosotros sanidades, milagros y prodigios y a pesar de eso pareciese que hay algo en nosotros que no nos permite vivir de forma personal el cumplimiento de estas promesas, ese algo está dentro de nosotros y de una u otra forma logra hacernos dudar de la palabra de Dios o peor aún resultamos en un ciclo de angustias del cual no podemos salir….

Pues ese “algo” tiene nombre propio y somos nosotros mismos, tú y yo, nosotros somos los que no permitimos vivir de forma personal el cumplimiento de las promesas en nuestras vidas, por algo Jesús nos dice a todos aquellos que queremos seguirlo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”, Lucas 9:23.

Entonces en ocasiones la mayor batalla que tenemos no es contra los demonios, espíritus inmundos, huestes de maldad o contra el mismo satanás, muchas veces tu pelea más grande no es contra todos estos, porque todos ellos ya fueron expuestos públicamente en la cruz, fueron derrotados por Nuestro Señor y Salvador Jesus el Cristo, el hijo del Dios viviente que esta sentado a la diestra del Padre, a los demonios y espíritus inmundos hay que identificarlos, recordarles que ya fueron derrotados que no tienen autoridad, debemos colgarlos, exhibirlos y arrojarlos a los pies de Cristo.

Por tal razón la mayor batalla que nosotros libramos es contra nosotros mismos y ese campo de batalla lo libramos en un pequeño “rin de boxeo” que se ubica en nuestra propia mente, donde se enfrenta en ocasiones 3 contrincantes:

  1. La voluntad del maligno que viene a “Robar, Matar y Destruir”.
  2. Nuestra voluntad que detiene los milagros de Dios a través de la duda y la falta de fe.
  3. Y la voluntad de Dios que siempre será “Buena, Agradable y Perfecta”.

Si dejamos a un lado la voluntad de satanás, la cual ha sigo derrotada, entonces quedan solo 2 contrincantes: Tu voluntad y la voluntad de Dios.

El problema es que nuestra mente ha sido víctima de diferentes acontecimientos desde incluso antes de nacer, y esos acontecimientos buenos y malos han venido viciando nuestro comportamiento desde ese día hasta hoy, tal y como está escrito en Efesios 4:22-24 “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”. Cuando llegas a Cristo empiezas un trabajo arduo de cambiar esa pasada manera de vivir, pero en ese trabajo, tu enemigo eres tú mismo, tu mente que estará recordándote y deseando las cosas a las que te acostumbraste desde el día que naciste hasta el día de hoy; Esto se denomina “Fortalezas mentales”, las cuales son mentiras de Satanás escondidas en razonamiento humano condicionando al hombre a actuar; una fortaleza mental va a condicionar tu actuar diario y no permite que nada entre a tu vida, no entra el consejo, no entra la palabra, no entra la advertencia y nos convierte en necios.

Un necio es una persona que tiene una fortaleza de su conocimiento contra la sabiduría, la fortaleza del necio es su necedad, Proverbios 16:22 (LBLA) “El entendimiento es fuente de vida para el que lo posee, mas la instrucción de los necios es necedad”.

Las enfermedades mentales tales como el miedo, el temor, la angustia, la depresión, la aflicción, el pánico, la turbación las cuales se convierten en cárceles del alma; el estrés, la depresión, la ansiedad, trastornos bipolares, la esquizofrenia, bulimia y anorexia y la ciberdependencia son lazos y ataduras demoniacas que afectan nuestras vidas.

Estas fortalezas mentales generan enfermedades mentales que hoy por hoy se han vuelto comunes debido a que estilo de vida que han adquirido los seres humanos y son producidas por el abandono, el rechazo, el maltrato, la deshora.

Las causas principales de estas enfermedades nacen desde el momento mismo de la concepción ya que un bebé en gestación no puede controlar las vivencias y experiencias de su mamá y su entorno, tampoco lo puede hacer después de su nacimiento y en los primeros años de su vida, estas etapas en el ser humano son determinantes para la formación de las estructuras mentales de su alma, por ejemplo mamá que tuvieron un embarazo traumático con llanto permanente, aflicción, amargura debido a vivencias violentas, maltrato de parte de su cónyuge, palabras de maldición, deshonra; todo esto se transmite a los hijos afectando su salud mental. Por ejemplo escenarios familiares donde nacieron hijos y sus primeras experiencias en este mundo fue un cuadro familiar de peleas, contiendas, maledicencia, llanto, miseria, maltratos y abusos físicos, sexuales, marcará su vida con la derrota, la ruina, la tristeza, la depresión, el rechazo, la ansiedad, llevando a esa persona a estados mentales deplorables que con el tiempo van marcando su carácter y su manera de vivir, llevándolos a cárceles espirituales.

El salmista vivió momentos similares, en el libro de los Salmos 142:6-7 "Escucha mi clamor, porque estoy muy afligido. Líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo. Saca mi alma de la cárcel, para que alabe tu nombre”. No permita que el diablo llene su mente de basura, Satanás no puede acceder a la mente de una persona, a menos que se le de la autoridad. Voy a mencionar tres enfermedades mentales:

  1. Adicciones: El problema de las adicciones radica en la excusa de no controlar tus pensamientos, el tema es como llegas a las adicciones ya que la adicción fue la salida a alguna situación o circunstancia donde tu mente te llevó por un camino equivocado.
  2. Ansiedad: Filipenses 4:6 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. Muchas veces tomamos decisiones apresuradas que al final causan retrasos en tu propósito y en las bendiciones que Dios tiene para ti, sin embargo, este mundo quiere llevarnos a una velocidad absurda y nos enseña que si pides y no recibes de inmediato entonces no sirve, hoy en día estamos a un clic de todo y pretendemos que si le pides algo a Dios la respuesta debe ser inmediata.
  3. Depresión: Tienes 2 opciones o te quedas llorando y navegando en tus emociones o te levantas y caminas con tus ojos puestos en Jesús el autor y consumador de la fe, veamos el caso de Elias en 1 Reyes 19:4 “Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres”. Elías le dijo a Dios que le quitara la vida, más no se la quito el mismo. El problema no es sentir depresión, el problema es consentir la depresión.

Las fortalezas mentales no se destruyen de manera natural, las fortalezas mentales se derriban llevándolas cautivas al pensamiento de Cristo.

Ministración: Salmos 50:15 “E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás”.

  • Hoy vas a renunciar a toda enfermedad física desligándote de todo diagnóstico ancestral o por causa del pecado que has introducido a tu vida, a tu familia y descendencia, rompe todo vinculo con Pharmakos, la hechicería que proviene de la alkimia, rompe todo vinculo co...
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