355: Cuánto le importo a Dios - 15/12/24 - #1330
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José Luis Cinalli
15/12/24
Cuánto le importo a Dios
15/12/24
Cuánto le importo a Dios
“Todos los días, en el templo y de casa en casa, no cesaban de enseñar y proclamar el evangelio… de Jesús como el Cristo (el Mesías)”, Hechos 5:42 (NBLH).
¿Cuánto vale una persona para Dios? Dejemos que la Biblia responda la pregunta: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”, Juan 3:16. Nota las palabras “amar”, “mundo”, “dio”, “a su Hijo”. Ahora asocia este versículo con aquel que dice: “Cuando Dios los salvó, en realidad los compró, y el precio que pagó… fue muy alto”, 1ª Corintios 6:20 (TLA). ¿Cuál fue ese gran precio que Dios pagó para comprarnos? La vida de su hijo Jesucristo: “Has sido comprado por Cristo y a Cristo perteneces…”, 1ª Corintios 7:23 (NT-BAD). ¡Somos propiedad de Dios! Para ser dueño de algo la persona paga un precio. Cuánto más cara es la cosa a comprar, más valor tiene. Dios compró nuestra vida pagando con la vida de su propio hijo y, el Señor Jesucristo compró la iglesia con el precio de su propia sangre: “Deben estar conscientes que el rescate pagado para librarlos… fue la preciosa sangre de Cristo…”, 1ª Pedro 1:18-19 (Kadosh y NTV), Hechos 20:28; Apocalipsis 5:9; 14:3-4.
¿No estás convencido del valor que tienes para Dios? Entonces escucha lo que dijo Jesús: “… Tú los amaste tanto como me has amado a mí”, Juan 17:23 (NT-BAD). ¿Escuchaste eso? ¡Jesús declara que el Padre nos ama tanto como lo ama a Él! ¡Dios estima al ser humano de la misma manera que a su hijo Jesucristo! Si para Dios hubiéramos valido un centavo menos que Jesús, el Padre nunca lo hubiera entregado, ¡porque Dios nunca hace negocios que no le convengan! Una mala compra se da cuando uno entrega algo de mayor valor que lo que compra. ¿Ves lo importante que somos para el Padre? ¿Ves por qué quiere tener comunión con nosotros? Dios entregó a su hijo por toda la humanidad, pero lo hubiera hecho por cada uno de nosotros solamente. La gente recuerda el incidente en el que Jesús echó fuera una legión de demonios, pero soslaya el hecho de que Jesús estaba exhausto por haber predicado todo ese día, además de enfrentarse a una tremenda tempestad en medio del mar embravecido. Un día agotador de trabajo y una noche en vela tratando de sortear una fuerte tormenta para encontrarse “simplemente” con un hombre completamente loco y enajenado. ¡Hizo todo aquello solo por un hombre! No es sorprendente entonces que los ángeles cantaran celebrando la noche en que Jesús nació.
Para Dios toda persona es importante y como todos somos pecadores y estamos perdidos Él quiere que todos seamos salvos. “Dios… quiere que todos se salven…”, 1ª Timoteo 2:4 (NTV). “… El Señor… no quiere que nadie se pierda sino que todos se conviertan”, 2ª Pedro 3:9 (BDA2010). Somos para Dios su más preciado tesoro. Pagó por nosotros lo que nadie hubiera pagado. ¿Qué hemos hecho para que Dios nos ame así? ¡Nada, absolutamente nada! No merecemos su amor porque cuando todavía éramos pecadores perdidos y decrépitos enemigos, Él nos buscó. Vio en nosotros lo que solo su amor podría ver. Él vio tesoro en medio de corrupción, pecado y perversión. Compró como precioso lo que muchos consideraban de poco valor o incluso sin valor. Vio más allá de nuestro estado y miró algo que solo su gracia podía ver. Después de semejante prueba de amor, ¿por qué una persona querría volver al lugar de desgracia y esclavitud de donde Dios lo rescató? Después de tal acto de sacrificio para rescatarnos de la muerte es lógico que Dios espere que ahora vivamos para Él: “... Comprados… por Dios y por el Cordero… para ser… dedicados a Dios y al Cordero en calidad de ofrenda santa”, Apocalipsis 14:4 (PDT y CAS). Después de semejante acto de amor, ¿por qué rendirnos a las mentiras del Mentiroso? ¿Por qué dudar acerca del amor de Dios? “El que no perdonó a su propio Hijo, antes bien lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no va a darnos gratuitamente todas las demás cosas juntamente con él?”, Romanos 8:32 (BDA2010).
¿Cuánto valor tiene un alma perdida para Cristo? “El Hijo del Hombre vino a… salvar a los que están perdidos”, Lucas 19:10 (NTV); 1ª Juan 2:2; 3:5 “Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores…”, 1ª Timoteo 1:15 (NTV). “Él dio su vida para comprarles la libertad a todos… Se dio a sí mismo en rescate por todos”, 1ª Timoteo 2:6 (NTV, NBLH); Efesios 1:7. “Jesús se ofreció a sí mismo para pagar por nuestros pecados…”, Gálatas 1:4 (PDT); 2:20; Efesios 5:2. “Él se entregó a la muerte por nosotros para… limpiarnos de todo pecado. También lo hizo para que seamos su propio pueblo…”, Tito 2:14 (PDT). ¿Es justo dudar del gran amor de Dios por nosotros? “No hay amor más grande que el que se demuestra cuando una persona da la vida por los amigos”, Juan 15:13 (NT-BAD).
¿Cuánto valor tenía un alma perdida para Pablo? “… Tengo el corazón lleno de amarga tristeza e infinito dolor por mi pueblo, mis hermanos judíos. Yo estaría dispuesto a vivir bajo maldición para siempre — ¡separado de Cristo! —si eso pudiera salvarlos”, Romanos 9:2-3 (NTV).
¿Cuánto valor tenía un alma perdida para los primeros cristianos? “… Los creyentes… predicaban la Buena Noticia acerca de Jesús adondequiera que iban”, Hechos 8:4 (NTV). “Los creyentes que habían huido… durante la persecución… fueron a parar a Fenicia, Chipre y Antioquía. A lo largo del camino fueron esparciendo las buenas noticias… predicando la Palabra de Dios”, Hechos 11:19 (NT-BAD, NTV). “Cuando Pablo y Bernabé se enteraron de que estaban urdiendo un plan para… que los… apedrearan, huyeron a Listra y a Derbe… y allí predicaron el evangelio”, Hechos 14:5-7 (NT-BAD). “… Aunque estábamos rodeados de enemigos, Dios nos dio valor para predicarles el evangelio”, 1ª Tesalonicenses 2:2 (NT-BAD). “… Pablo… se pasó los días de reposo proclamando abiertamente sus creencias… persuadiendo a muchos a creer en Jesús”, Hechos 19:8 (NT-BAD). Como resultado del gran interés que los primeros cristianos tenían “la Buena Noticia ha sido predicada por todo el mundo…”, Colosenses 1:23 (NTV). “El mensaje se ha difundido por toda la tierra… por todo el mundo”, Romanos 10:18 (NTV). “… El mensaje de Dios… ha llegado a todas partes… hasta los confines del mundo”, Romanos 10:18 (NT-BAD). “El mensaje se está anunciando por todo el mundo… en todas partes”, Colosenses 1:6 (PDT). Acerca de los hermanos romanos Pablo dijo: “Vuestra fe es predicada en todo el mundo”, Romanos 1:8 (OSO). De la iglesia en Tesalónica se dijo lo siguiente: “Han difundido la palabra del Señor… por todas partes…”, 1ª Tesalonicenses 1:8 (BDA2010). Muchas iglesias, creyentes y aun líderes han creído la mentira del Mentiroso de que no tienen los recursos financieros para llevar a cabo la gran comisión. Deberían recordar que la misión no depende del poderío económico de la iglesia sino del poder del Dios que predican. Dios es Dios de todos los recursos y si confiamos en Él todo lo que necesitamos para realizar su obra nos será suplido generosamente.
Debido a la pasión y el deseo de agradar a Cristo los creyentes del primer siglo difundieron el evangelio en todas las naciones conocidas. ¿Cómo lo hicieron sin radio, sin televisión y sin internet? ¿Cómo lograron impactar el más grande y poderoso imperio romano sin la página impresa? La respuesta es fácil: los primeros creyentes amaban a los perdidos como consecuencia de su ardiente pasión por Cristo. Los recursos con los que contamos hoy en día para proclamar el evangelio son muchos más que los que aquellos tenían, sin embargo millones de personas en el mundo todavía no han escuchado acerca de Jesús. La razón por la que hoy no predicamos a los perdidos es porque no los amamos. ¿Y por qué no los amamos? Porque no amamos al Señor. Jesús dijo: “Si… me aman, obedecerán mis mandamientos”, Juan 14:15 (DHH). La indiferencia por las ovejas perdidas es una clara evidencia de nuestra debilitada relación de amor con Dios. No se puede amar lo que Dios ama, sin amar a Dios primero. Y no podemos amar a Dios si no lo conocemos. Y no lo conocemos porque no pasamos tiempo a solas con Él. ¿Lo ves? ¡La obediencia al mandamiento de predicar comienza en el lugar secreto!
Imitemos a Jesús quién predicaba y enseñaba no solo en el templo sino también en los hogares como el de Simón (Lucas 7), Zaqueo (Juan 19), o el de Lázaro, Lucas 10:38-39. Los primeros cristianos siguieron su ejemplo: “Cada día… todos los días (RV60)… en el templo y casa por casa, seguían enseñando y predicando…”, Hechos 5:42 (NTV). Pedro predicó con el hogar de Cornelio, Hechos 10. El apóstol Pablo dijo: “Siempre… anuncié las buenas noticias acerca de Jesús públicamente y en las casas”, Hechos 20:20 (PDT). Todo esto indica una cosa: que los creyentes debemos seguir el ejemplo apostólico y que los líderes debemos ser ejemplos para los demás en el evangelismo personal.
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